>

Opinión: "Hacia una cultura del encuentro en Argentina"

encuesta-candidatos-prov-bsas-argentina-politica-julio-2013Es el título del artículo de opinión sobre los niveles de confrontación politíca en nuestro país, escrito por el Director del Instituto de Formación Política de ACEP, Federico Cook.

12002-llego-la-politica-de-la-confrontacion-y-del-bajo-rendimiento-500x300En una reciente exposición ante la clase dirigente de Brasil, el Papa Francisco volvió a reiterar la necesidad de una cultura del encuentro como medio para lograr más y mejor democracia. Lo que dijo no fue muy distinto a lo que venía señalando cuando era obispo de la Arquidiócesis de Buenos Aires, especialmente en el ámbito de la Pastoral Social, donde innumerables veces se refirió a la cuestión.

Ya en el año 2005, en el muy recomendable documento “La Nación por Construir. Utopía – pensamiento – compromiso” expresaba: “necesitamos pasar de los refugios culturales a la trascendencia que funda; construir un universalismo integrador que respete las diferencias, necesitamos también del ejercicio del diálogo fecundo para un proyecto compartido; del ejercicio de la autoridad como servicio al desarrollo del proyecto común (bien común); la apertura de espacios de encuentro y el redescubrimiento de la fuerza creativa de lo religioso al interior de la vida de la humanidad y de su historia, un redescubrimiento que tenga como centro referencial al hombre”.

La cultura del encuentro y del diálogo es una deuda pendiente en nuestra querida Argentina que nos retrasa como pueblo y nos impide aprovechar la sinergia de los distintos sectores sociales en post de la construcción de un proyecto de país que incluya a todos.

Basta con ver algunas publicaciones en las redes sociales para constatar lo que digo. Abundan comentarios agresivos referidos a LTA, GORILA, YEGUA, LOCA, VAMOS POR TODO y otros tantas referencias que nada aportan a mejorar nuestro país y su gente. La actitud de un fiscal partidario burlando el saludo de un candidato opositor a su partido refleja esta concepción divisionista que ve al otro como enemigo y no como otro con quien construir una patria común, aunque piense distinto.

En este sentido, la propaganda de uno de los partidos de esta elección que dividía a nuestro país entre ARGEN Y TINA no está del todo desacertada, por lo menos en cuanto al diagnóstico de cómo se reflejan ambos extremos de nuestra sociedad. Porque en el medio de estas dos posturas extremas, está la gran mayoría, que votando a unos u a otros, no quiere continuar con estos niveles de agresión. Esta gran mayoría sabe que el Gobierno Nacional ha cometido aciertos y errores. Sabe que la oposición critica a veces con razón y otras sin ella. Ni todo es maravilloso ni todo es el infierno, ni todo es ARGEN ni todo es TINA.

En mi opinión, es aquí donde deberíamos encarnar lo que nos propone el Papa Francisco. Es momento de cambiar la cultura del resentimiento por la cultura de la reconciliación y del diálogo constructivo. La patria lo necesita, pues un país crece cuando sus diversas riquezas culturales dialogan de manera constructiva.

Reconozco que lograr este objetivo es un arduo desafío pues las divisiones en nuestro país, si bien se han acrecentado en los últimos años, provienen de larga data y atraviesan toda nuestra historia. Sin embargo, creo que otra realidad es posible. ¿Acaso, en los años 60, alguien podría imaginar que el abrazo entre Perón y Balbin fuera posible? Sin embargo, lo fue.

Ante este escenario, propongo empezar por cada uno de nosotros, por el metro cuadrado de cada uno, digamos basta a la agresión, al odio y el resentimiento. Podemos disentir, confrontar ideas, pero hagámoslo desde el respeto a la diversidad y con una lógica de construcción común.

Para esto, es necesaria una actitud abierta hacia el otro. No basta con la mera tolerancia de la diferencia. No se trata de un formalismo procedimental donde dejo hablar al otro y luego le impongo el poder que me otorga la mayoría. Ni tampoco implica que todo tenga que salir por consenso, pues eso tampoco es posible. Pero, escuchar al otro exige apertura a su visión, entender que no somos dueños de la verdad absoluta y que todos podemos colaborar en la construcción del bien común. Como dijo Francisco, en la cultura del encuentro “todo el mundo tiene algo bueno que aportar y todos pueden recibir algo bueno en cambio. El otro siempre tiene algo bueno que darme cuando sabemos acercarnos a él con actitud abierta y disponible sin prejuicios. Esta actitud abierta, disponible y sin prejuicios yo la definiría como una humildad social. Que es la que favorece el diálogo.”

Quizás algunos piensen que este pensamiento es ingenuo y que lo único valedero en política es la fuerza. Quizás vean al diálogo como debilidad. Mirándolo desde la óptica del poder, puede ser cierto, puede que no. Lo que no tengo dudas es que si en Argentina tuviéramos un poco más de diálogo nos iría mejor como país y como personas. Tengo esa esperanza. Porque, “hoy, o se apuesta por la cultura del diálogo y la cultura del encuentro o todos perdemos.”

Por Federico Cook

¿QUÉ ES ACEP?

La Asociación Civil Estudios Populares (ACEP) es una entidad creada a principios del año 1999 en Argentina con el fin de promover los derechos y garantías consagrados en la Constitución Nacional y el respeto por los valores democráticos consagrados en la misma. Para ACEP es de especial interés el abordaje, desde una óptica humanista y cristiana, de las problemáticas del empleo, la salud, la educación, los jóvenes y la mujer.


Links de Interés

Webmail

Acep

Asociación Civil Estudios Populares
Paraná 754-20 A.,
C.P. C1017AAP,
Ciudad Autonoma de Buenos Aires,
Argentina

  • dummy info@acep.org.ar

Suscribite a nuestro Newsletter

Suscribite a nuestro Newsletter

WebMail Institucional


Ingresa cuenta y contraseña:

Email
Password
   
 

Links de Interés

Search