Es el título del artículo de opinión publicado por el sitio 7 MIRADAS.COM y escrito por el consultor y analista político, Carlos Fara, sobre el resultado de las últimas elecciones, donde destaca la previsibilidad y ratificación de continuidad presente en las mismas, salvo excepciones como el de la Ciudad de Córdoba.
Salvo excepciones (la victoria radical en la capital cordobesa, por caso) las elecciones son una prueba de la previsibilidad argentina. Sin embargo, ¿es igual de previsible el segundo mandato de CFK? Ahora que no está Néstor, ante la acumulación de problemas y sin necesidad de seducir votantes, ¿habrá cambios de política económica o no?
Cuando se observan los resultados electorales post 14 de agosto, se debería concluir que la Argentina es un país previsible políticamente: Alperovich arrasa en Tucumán, Capitanich en el Chaco, Mestre hace regresar a los radicales a la municipalidad de Córdoba, los radicales correntinos logran plebiscitar exitosamente la gestión de Colombi. De esos 4 eventos electorales, el único en donde se produjo un cambio de signo político fue el de la capital mediterránea, de modo que la onda de continuidad es la que prevalece en casi todos los distritos provinciales, sumados a lo nacional.
Así se podrá decir también que la Presidenta será reelegida definitivamente el 23 de octubre, y contará con mayoría simple en ambas cámaras, logrando el quórum con aliados. Es decir: un camino allanado, el cual también obliga a corresponder las altas expectativas que generará un nuevo 50 por ciento.
Sin embargo, los dólares se siguen yendo del sistema: 1200 millones en lo que va del mes, 2200 en los últimos 50 días. ¿La certidumbre política no cuenta? Veamos:
1) La gran mayoría de la mitad que votó a CFK no es precisamente la que tiene capacidad de ahorro para comprar dólares. Los que más pueden acumular “verdes” están en el otro 50 por ciento.
2) Pareciera que buena parte de los que compran dólares son pequeños ahorristas, no los grandes. Los pequeños, clase media no K, poseen menor información sobre el horizonte económico real, son mucho más asustadizos que los grandes, y por lo tanto, más propensos a refugiarse en el seguro clásico por las dudas.
3) El tamaño del triunfo ha sido tal, que probablemente muchos ahorristas estén pensando que “profundización del modelo” puede significar “chavización”, o avance sobre la propiedad privada, o que un mal manejo de algunas variables económicas puede desembocar en una nueva crisis estilo 2001. Es decir: si el gobierno tendrá tanto poder, puede hacer lo que se le dé la gana.
4) También la gente puede sentir, más que desconfianza, que la crisis internacional puede llevar al gobierno a devaluación no programada, por lo que mejor cubrirse con dólares “baratos”.
5) Como dice el economista Aldo Pignanelli, la gente está comprando autos y dólares, probablemente porque vea a ambos baratos.
En todo caso, la cuestión es: ¿qué va a ser del segundo gobierno de CFK, ahora que no está Néstor, que era el ministro de economía real? Luego de su muerte, y ya entrada la faz electoral, nadie esperaba una política económica distinta a la presente. Pero al acumularse los problemas, y sin la necesidad de seguir seduciendo votantes, ¿qué pasará?
Por Carlos Fara